jueves, 3 de noviembre de 2011

ITALIA – LUCCA y PISA

Lucca es una pequeña ciudad que se encuentra entre Florencia y la tan famosa Pisa. Buscando pueblos pintorescos de Italia cercanos a Florencia, nuestro amigo internet, nos decía que Lucca tiene su casco histórico rodeado por una gran muralla que increíblemente se mantiene de forma intacta.

Así, creíamos llegar a un pueblo tranquilo, donde el sol garantizaría una mañana agradable para recorrer sus calles y enormes catedrales.

Pero resulta que había tráfico para entrar a Lucca, pues al salir de cualquier autopista italiana, se debe pagar peaje, y las dos garitas habilitadas no daban a vasto para una fila de autos que parecía no tener fin. En seguida se me vino a la mente preguntarme si estaba yendo a un pueblo tranquilo.

Lo cierto es que tras una hora de espera para salir de la autopista, yo ya había perdido la tranquilidad, y con un mal humor insoportable, me adelanté unos cuantos metros por la banquina, evitando de esta manera unos cuantos minutos más de espera, pero ganándome también varios hocinazos e insultos de los autos que adelantaba.

Logramos entrar a la ciudad recién a las diez de la mañana, y al hacerlo, entendimos el por qué tanto tráfico. Es que se estaba conmemorando el “Lucca Comics and Games 2011”. Un festival donde todo el mundo se disfraza de algún comic, como ser Capitán América, Los Pitufos, Avatar, o de cualquier cosa. Pero la idea es disfrazarse.

Por eso nos encontramos con una ciudad repleta de gente. La gran mayoría disfrazada, encontrando a niños, jóvenes y adultos, siendo protagonistas de una jornada que prometía ser muy divertida. Nos llamó la atención que no vimos a nadie tomando alcohol. Claro está que debe estar prohibido, pero en un festival, donde hay mayoritariamente jóvenes dispuestos a quebrantar reglas, era de esperarse algún inconveniente. Pero más lejos de eso, todos se divertían sanamente, y posaban para las fotos que los turistas les sacaban.

Después de algunas horas disfrutando de la fiesta y de la ciudad, nos fuimos pese a no querer hacerlo, pero nos esperaba Pisa para conocer su famosa torre inclinada.

Previo a entrar a Pisa, nos dirigimos a un enorme parque que parecía ser una especie de hipódromo, y allí cocinamos unos tallarines con una salsa de champiñones espectaculares. Ahora sí, con la panza llena, estábamos prontos para ver la torre.

Al llegar al lugar, no podía creer lo que veía. Es que son muchos los documentales, las fotos y noticias que hemos visto en tantos años sobre esta torre que se inclina cada vez más, pero que con la ayuda de ingenieros y arquitectos, no se cae nunca.

Tenía una felicidad enorme, y Cecilia no entendía tanto el por qué de mi alegría sino estábamos frente a la Torre Eiffel. Es verdad que uno se imagina una torre de Pisa de un tamaño monumental, pero lejos de serlo, hace que su inclinación y su belleza llamen mucho la atención. Tanto, que el hermoso Duomo que se encuentra a su lado, pasa prácticamente desapercibido.

Nos quedamos un buen rato en el parque que rodea la torre, y después fuimos a pasear un poco por el resto de la ciudad. Tiene un río que la atraviesa, arrojando por momentos imágenes parecidas a las de Florencia.

Culminamos el día pasando nuevamente por la principal atracción de la ciudad, e increíblemente, no estaba iluminada como uno se lo espera.

Terminamos nuestra visita de la ciudad, y no paraba de pensar en el día que habíamos pasado. Empecé con un gran mal humor debido al tráfico, seguí con una incertidumbre por el festival de comics de Lucca, y terminé lleno de emoción tras lograr estar a metros de una torre que parece se caerá encima de uno, la Torre de Pisa.

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