sábado, 9 de abril de 2011

YAKARTA

Llegamos a la capital de Indonesia de tardecita, y en el aeropuerto nos esperaba una persona con un cartelito con el nombre del Chelo para llevarnos al hostal que habíamos reservado por internet hace unos meses atrás.

El hombre no hablaba absolutamente nada inglés, sólo asentía con la cabeza y sonreía. Salimos del aeropuerto, y empezamos a adentrarnos en la ciudad de Yakarta que es enorme, aquí viven nueve millones de personas, asíque imaginensé lo enorme de la ciudad. 

Había una niebla que resulta que es smog. Hay un olor metálico en toda la ciudad. Mucha pobreza. Esto es todo lo que pudimos absorver en los primeros minutos transitando por la ciudad. Muchísimas autopistas. Después de casi una hora de viaje con el conductor que no pronunció palabra alguna, ni siquiera en indonesio, empezamos a pasar por edificios modernos, un shopping enorme. 

De repente se mete en una calle menos transitada, y textuales palabras de Matías "pensé que agarraba un atajo", dobló, frenó, pasó una barrera policial, y llegamos al pie de un altísimo edificio. Y acá estoy, en el piso veintiseis de una de las cuatro torres que componen un complejo rodeando unas gigantescas piscinas. Es el piso veintiseis, pero no tiene el piso trece, por lo que estaríamos en el veinticinco, pero tampoco tiene pisos terminados en cuatro, por lo que no tengo ni idea a cuántos pisos de altura estamos.


La habitación es un apartamento de dos dormitorios muy prolijo. Lo cómico de todo esto es que cuando hicimos la reserva, había una foto de una de las piscinas, y nosotros jorobábamos que con el precio que nos cobran, debería ser la piscina del hotel de al lado, pero no, efectivamente podemos hacer uso de esas instalaciones.


Esto no es un hotel, es un complejo de apartamentos en el cual el hostal tiene determinados dormitorios que alquila.

Durante el día, nos bañamos en la piscina, y en la tarde fuimos a un shopping aquí cerca. Nos sentíamos muy observados, nos miraban, y murmuraban y se reían. Es que claro, éramos los únicos cinco occidentales en los seis pisos del shopping.

Es verdad, no salimos a recorrer la ciudad, es que por lo que vimos anoche, no nos gustó demasiado. Distancias largas, y mucha gente. Por lo tanto no puedo sacar una opinión objetiva de esta ciudad pues no conocemos más que esta zona y el camino desde el aeropuerto hasta aquí.

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