sábado, 16 de abril de 2011

LLEGADA A FILIPINAS

Tras casi cuatro horas de vuelo, llegamos al básico Aeropuerto Internacional de Clarck, o también llamado Diosdao Macapagal. A dicho aeropuerto llegan los vuelos baratos, esos que compran los mochileros.

Aún nos separaban de Manila más de dos horas de viaje en ómnibus. Para pagarlo debíamos tener Pesos Filipinos, por eso nos dirigimos al único cajero automático del aeropuerto para extraer dinero, pero resulta que nos cobraban una elevada comisión por su uso, cosa que no queríamos pagar. Pero necesitábamos dinero para llegar a Manila.

Como hay más de una línea de ómnibus privada que te lleva hasta Manila, se peleaban por nosotros. Fue así que una mujer nos ofreció llevarnos, y en el camino pararíamos en un cajero que no cobrara comisión. Con eso nos convenció, y nos subimos a su ómnibus. Al llegar a dicho cajero, estaba fuera de servicio, con lo que seguimos rumbo a Manila sin dinero en el bolsillo.

Aprovechamos a dormir un poco hasta que entramos a la ciudad. Realmente al principio nos asustamos un poco. Mucha pobreza, mucha gente, mucho tránsito. Cuando empezamos a transitar por una zona con edificios altos, paramos en un shopping para que saquemos dinero desde un cajero. Resulta que aquí también nos cobraban comisión, pero tuvimos que sacar dinero igual, pues lo necesitábamos para pagar el ómnibus.

Pagamos, y seguimos rumbo a la terminal. Una vez allí, debíamos tomarnos un taxi hasta el hostal. Mientras un taxista se ofrecía persistentemente a llevarnos, se nos iban acercando niños y no tan niños para vendernos cosas. Entre tanta negación de no querer comprar nada, nos subimos los cinco al taxi y después de media hora llegamos al hostal ubicado en la zona roja de Manila cerca de Intramuros, ciudad vieja de Manila.

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