martes, 29 de marzo de 2011

SINGAPUR

Llegamos al hostal, hicimos el check in en el cuarto de veinte camas, en realidad diez cuchetas, y salimos a recorrer el barrio del hostal. Éste queda lejos del centro, por lo que sólo salimos por aca cerca a ver que tal los precios de la comida, y lo más importante, qué había para comer. De más está decir que cuando vi esas cabezas de pescado y la manipulación de esas cocinas, me dije: "ayuno nuevamente".


El hostal es muy lindo, a pesar de ser muchos en el cuarto está muy ordenado, cosa que de todas formas no nos interesa demasiado, pues sólo nos quedamos dos noches. Lo más importante: tiene wi fi gratis. De a poco nos hemos dado cuenta de que somos unos cazas wi fi, andamos siempre por ahí averiguando de dónde podemos sacar esa conección que nos permita conectarnos con nuestros seres queridos y para actualizar lo más rápido posible el blog.

En el día nos fuimos al centro en omnibus, para ver ese centro financiero tan importante a nivel mundial. Aquí el transporte público tiene aire acondicionado! Para ver esos edificios modernos debíamos hacer una especie de acrobacia, es que son tan altos, que debíamos rescostarnos contra algo para poder poner la cabeza casi que de manera horizontal. Sé que suena exagerado, y lo es, pero sólo de esta manera tal vez pueda expresar lo altos que son de verdad.


El calor era realmente agobiante, pero eso no impedía seguir caminando y recorriendo esta ciudad. Entramos a un shopping en busca de aire acondicionado y de comida. No había un local de comida rápida, sólo comida típica de la ciudad, que como la gran mayoría son chinos, la comida típica no deja de ser china, y todo lo que esta cultura culinaria implica. Fue así que pedí unos tallarines con pollo frito que fue lo más normal y barato que vi entre pato agridulce, huevos negros, ensopados, frituras y más frituras.

Fue realmente un gusto ver como me cocinaron los tallarines. Es que el chef me los hizo en el momento. Tenía la masa, pero no tenía los tallarines cortados. Pero lo maravilloso es que nunca corto la masa, sino que hacía tales malabares con la masa, que hacia que se estiraran y se vayan de a poco formando los tallarines finitos. Muy lindo de ver realmente. A semejante espectáculo, no podía estropearlo comiendo dicho plato con un tenedor; por eso agarré unos palitos chinos, y  empecé a devorar ese plato exquisito con una habilidad en el manejo de esos utencillos que asombraba.


Durante el almuerzo, Nacho decide llamar al seguro médico de viaje, pues desde que aterrizamos en Singapur, estaba con un dolor en uno de sus oídos que lo incomodaba bastante. Entonces, pese a no ser una urgencia pues se sentía bien, pero molesto, decidió hacer uso del seguro médico que tenemos todos los integrantes del Grupo de Viaje. Llamamos y pedimos para que nos digan a qué hospital dirigirnos. Luego de más de una hora sin novedades, llamamos nuevamente, y tras fuertes charlas, logramos que nos dijeran a qué hospital acudir.

Matías y el Chelo fueron a Chinatown, mientras yo acompañaba a Nacho al hospital. Yo salí de acompañante del enfermo pues perdí un piedra papel o tijera con los chiquilines. De todas formas yo era partícipe de que vayamos todos juntos, pero Nacho prefirió que no, que solo fuera uno. Asíque nos fuimos en subte hasta el hospital. La cantidad de gente que va bajo tierra creo yo que es mucho más que la que vemos caminando por la calle. Es increíble lo sincronizado de todo el metro que permite que miles de personas se trasladen de un lado a otro sin ningún problema.

Para la tranquilidad de la familia de Nacho, él está bárbaro! Pero creí oportuno contar esta anécdota, pues fue la primera vez en lo que va del viaje que hacemos uso del seguro médico. Llegamos al hospital, y ya lo estaban esperando. Casi que de inmediato lo atendieron. Le dijeron que tomara unos medicamentos, de hecho son cuatro, y también le dieron una inyectable en la cola. Se imaginarán lo divertido que fue y sigue siendo para todos, menos para Nacho que le dejó de doler el oído y ahora le duele la nalga izquierda.


Luego del hospital, nos encontramos en Chinatown, realmente un barrio muy pintoresco.
Ahora estoy en el hostal, mañana ya partimos hacia Bali, Indonesia, en donde nos quedaremos una semana de las dos que estaremos en dicho país.

2 comentarios:

  1. No podes salir a recorrer el mundo y llevar un escudo de ese cuadro como queres que la gente sepa donde queda Uruguay si lo primero que ve es ese escudo de un cuadro de la divisional D
    Que sigas disfrutando!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

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  2. Que poema la cara del nachito jaja!!

    Juanchi que viaje te estás haciendo!!

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