domingo, 6 de marzo de 2011

MIAMI Y FORTLAUDERDALE


A la salida del Aeropuerto de Miami Internacional nos esperaba mi primo Martín, a quien no veía desde hace ya dos años, vez que fue de visita a Uruguay, pues hace casi cuatro años que vive en EEUU, se fue con apenas 18 añitos. Primero vivió en Chicago y ahora vive en Fortlauderdale junto a Roselyn (su novia – también uruguaya) y con su hijita Edana.


Fortlauderdale queda aproximadamente a 45 km de Miami Beach. Es un barrio espectacular, las calles, las casas, los canales y los yates se ven por doquier. Es que muchas casas tienen al fondo algún canal en donde tienen un muellecito para un yate despampanante.

El salir a la calle y ver los autos ya bastaba para disfrutar tanto de Miami como de Fortlauderdale. Porsch, Ferrari, Lamborchini, Pontiack, Jaguar, entre tantas otras marcas que hacían que cada auto mereciera una foto.

El primer día fuimos a la playa de Fortladerdale a tomar unas cervezas como para brindar, a metros del océano rodeados de gaviotas y palmeras, por llegar a nuestro primer destino de este Viaje tan ansiado. Ahí en la rambla había unas canchas de basketball y los chiquilines se metieron a jugar con un yanqui un picadito, haciendo valer la garra charrúa en esta disciplina deportiva.

Hicimos algunas compras, yo por ejemplo me compré una netbook con las tres B como característica principal (Buena, Bonita y Barata). Desde esta netbook les estoy escribiendo estas palabras en pleno vuelo Miami-San Francisco, a más de diez mil metros de altura escuchando Guitarra Negra de Zitarroza. Aprovecho para comentarles que si bien es un avión igual al que nos llevó a Miami, en este viene mucho menos gente lo que nos permite sacar los codos para los costados, pues no tengo nadie a mi costado. Es más, acabo de despertarme de una hermosa siesta tirado a lo largo de tres asientos vacíos.

También fuimos a pasear por Miami Beach, recorrer la famosa Ocean Drive era como estar participando de una película. Quisimos  pero no pudimos encontrar a Fort, ni a Su, ni a Marce; para los que son menos cholulos, me estoy refiriendo a Ricardo Fort, Susana Giménez y Marcelo Tinelli.

Buscamos estacionamiento por un largo rato, y al encontrarlo, nos decidimos a caminar por una peatonal que nos llevaba a las arenas blancas de Miami Beach. Y ahí ibamos los cinco, chancletas, bermudas, musculosa y una pelota bajo el brazo caminando entre tanto glamour.

La playa espectacular, el verde del agua era increíble. Llegamos y nos instalamos en un colchón con sombrilla, pero la “vacanería”  duró muy poco puesto que obviamente eso era de un lujoso hotel y debíamos pagar por su uso. Por lo tanto, pasamos más de una hora bajo el sol del norte, que pese a no tener el agujero de ozono, igual quema, y más aún si no nos pusimos protector.

Fue cómico ver a un cubano con una camiseta de Peñarol, sin saber la vergüenza que significa vestir esos colores.

La primera noche mi primo nos agasajó con un espectacular vacío a las brazas. Y la segunda recorrimos el downtown de Fortlauderdale. Los chiquilines se quisieron quedar para tomar algo, y mi primo y yo regresamos pues hoy debimos levantarnos a las 5:00 am para tomar este vuelo. Los chiquilines quedaron realmente sorprendidos de la locura de la gente, bares al mejor estilo Coyote Ugly.

No me quiero olvidar de contarles que al Chelo se le salió el botón de la bermuda, y me pidió si se lo cocía. Yo por supuesto le dije que sí con una seguridad al mejor estilo Valentino o Armani. No sé si quedó lindo, pero seguro que no se le va a salir en todo el viaje.

La verdad que pasamos muy bien, Martín y Roselyn nos hicieron sentir como en casa. Fue una alegría enorme verlos y compartir con ellos los dos primeros días de este Viaje.
Es increíble, pero dos personas que amo con toda mi alma están viviendo en el exterior, una es mi hermana, y la otra es mi primo Martín al cual amo como si fuese un hermano.

Se podrán imaginar que otra vez me subí al avión con lágrimas en los ojos. El abrazo de despedida me hubiese gustado que no terminara nunca, pero debíamos abordar para seguir haciendo de este sueño una realidad.

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