lunes, 21 de marzo de 2011

MILFORD SOUND

Tras una noche muy divertida en Queenstown, salimos temprano rumbo a uno de los paisajes más hermosos de Nueva Zelanda y más particulares del mundo. Es que los fiordos sólo se ven aquí y en Noruega.

Fiordos se le llama a la conjunción de grandes y empinadas montañas con lagos de hasta trescientos metros de profundidad que las rodean. Pero estas montañas llegan al agua como una pared, es decir que no hay valles; sólo montañas y agua.

Luego de cuatro horas manejando, llegamos al tan ansiado lugar. Allí nos tomamos un ferry que nos pasea por entre los fiordos. Que mezcla de sensaciones por Dios! Era increíble estar en medio de esas enormes montañas, hacían sentirnos realmente insignificantes.

Desde todas las montañas caen en forma de pequeñas cascadas y en algunas partes grandes cascadas, el deshielo de los picos más altos. Llegamos desde lo más profundo de los fiordos, hasta el Mar de Tasmania. Luego retornamos, y logramos ver grandes cantidades de delfines jugando al lado del ferry, como queriendo ser ellos los protagonistas de semejante paisaje.


Pensar que en el trabajo tuve durante mucho tiempo como fondo de pantalla estos fiordos, y ahora yo estaba ahí, formando parte de esta maravilla de la naturaleza. Se sentía una emoción muy fuerte, tanto que escribo estas líneas con lágrimas en los ojos al haber cumplido uno de los grandes objetivos de este país: el conocer los fiordos.

Ahora nos encontramos nuevamente en Queenstown, en donde pasaremos la noche para seguir por la mañana rumbo a Franz Josef. Tras casi cinco horas llegaremos a este nuevo destino en donde disfrutaremos de unos hermosos glaciares.

En todo momento pienso en todos los que me ayudaron a que este sueño se vaya cumpliendo destino tras destino. El sentirse agradecido, y el valorar el esfuerzo de todos para que yo pueda estar disfrutando en esta parte remota del mundo, es algo que no puedo dejar de repetir y repetir gracias y mil gracias!

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