viernes, 3 de junio de 2011

TAILANDIA – Día 11 – RÍO KWAI


Empiezo a escribir la descripción de éste día en estas tierras lejanas acostado en una hamaca paraguaya en la terraza de mi habitación sobre las aguas del Río Kwai.


Oscuridad a mi alrededor, un farol prendido en la puerta del cuarto, algún otro iluminando con su luz tenue el camino que une a todas las habitaciones, y el sonido del agua y de la naturaleza se conjugan para que esta noche sea muy particular. Sin electricidad, con mucho calor, y con los mosquitos formando parte de este corto paisaje que no va más allá de un metro de visibilidad, empiezo a escribir estas líneas viendo el teclado con el mismo resplandor del monitor.

Es que parece mentira, pero nos encontramos en el medio de la selva del norte de Tailandia, en algún lugar sobre el Río Kwai. En realidad no estamos en la orilla, estamos en un hotel que flota en las aguas de este río, razón por la cual cada vez que pasa un bote, nos movemos al ritmo de las olas. Es un hotel muy rustico, todo de madera, sin electricidad, con mosquitero alrededor de la cama para evitar el ingreso de los insectos.

Pero empecemos desde el principio. Nos despertamos temprano en la mañana y emprendimos viaje a esta zona de Tailandia. De paso para el Río Kwai, hicimos una parada por un mercado flotante que se encuentra en unos canales. Fue un paseo muy lindo, en unas embarcaciones rudimentarias a motor. Algunos compañeros aseguran haber visto de camino al mercado un cocodrilo nadando por uno de los canales.

Es increíble cómo la gente vive allí. Vendiendo desde frutas y verduras, hasta souvenires y vestimentas varias. Todo de un bote a otro mientras pasan por el canal.


Después de aquí seguimos con destino a este hotel que describí al principio. Los ómnibus nos dejaron a unos cuantos kilómetros de aquí, desde donde vinimos en bote. Llegamos al hotel, y pasamos la tarde nadando en el río. Las habitaciones se encuentran todas flotando  una al lado de la otra, a lo largo de la orilla del río. Cada habitación tiene una terraza que también flota en el agua, y desde allí nos tirábamos, y la fuerte corriente nos arrastraba río abajo hasta la habitación más lejana. Volvíamos caminando hasta el otro extremo, y así pasamos toda la tarde.


Cansados, abrimos unos whiskys, y empezamos a jugar al truco hasta que se hizo la noche, quedando completamente a oscuras. Cenamos temprano a la luz de los faroles, y después de ver un poco un show de danzas típicas, vine a transcribir tanta felicidad acostado en la hamaca que les comentaba.

Ahora empiezo a escuchar a compañeros cantar murga a capela, escucho a la Falta y Resto, al Canario Luna. Ya voy para ahí, para compartir esta noche con todos ellos.

Mañana amaneceremos en este famoso río, y tendré más para contarles en la próxima publicación.

2 comentarios:

  1. Hola primo!!!!! Me dejas sin palabras cada vez que entro a mirar tus fotos, los lugares por los que andas son maravillosos...Pensar que cuando se te extraña no hace falta más que mirar los albumes para decir: la puta madre!!!! mira lo bien que la está pasando!!!!! jajajaja...
    Otra cosa...cada vez que pongo las fotos busco a María y no la encuantro!!!! está viva????' si la vez decile que gaste un timpito en escribir algún mail para ver como está y poder imaginarnos sus cuentos!!!!!
    Ahhhh me olvidaba...el finde que viene me voy a ver a tus papás y a estrenar el living nuevo con todo lo que contiene!!!! estufita nueva!!!!!! jajajaj
    TQM Luchi

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  2. Cometí un error de tipeo!!!!! puse vez en lugar de ves!!!! ups!!!!

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