Se me llenan los ojos de emoción al saber que hace exactamente tres meses atrás, dejé a mi país, y con él, a mi familia, mis amigos, y mi novia. Todas personas que amo y extraño.
Pucha que pasan los días, y con ellos los destinos, y lo que soñé durante tanto tiempo, se va transformando en realidad poco a poco, día tras día.
Atrás quedaron ya muchos destinos maravillosos. Cuántas historias, cuántas anécdotas y vivencias que jamás olvidaré. Realmente no encuentro palabras para agradecer a todos aquellos que desde distintas ópticas, ayudaron a que esté realizando este viaje tan largo e inolvidable.
El primer mes, lo cumplí en Kuta – Bali, junto a Matías, Nacho y el Chelo. El segundo mes lo cumplí en Beijing – China, ya separados de quienes emprendimos la primer etapa de esta travesía, y ahora este tercer mes, pude brindar nuevamente con los chiquilines en un hotel sobre el Río Kwai – Tailandia.
Ya pasaron tres meses de los ocho y medio que estaré en tierras lejanas. Faltan cuatro para reencontrarme con mi novia, y cinco para volver a Uruguay y poderle decir a todos ustedes mirándolos fijamente a los ojos, muchas gracias.
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