miércoles, 17 de agosto de 2011

SUECIA – GOTEMBURGO


Luego de estar en Dinamarca, nos metimos en el corazón de los países escandinavos. Esta vez, iríamos a Gotemburgo, ciudad universitaria y segunda ciudad más importante de Suecia. Clara muestra del lugar del mundo en el que nos encontrábamos, es el estereotipo de las personas, tanto física como culturalmente. En cuanto a lo físico, ya veíamos personas rubias con el pelo casi blanco, ojos azules y más de metro ochenta de altura. Por otro lado, en cuanto a lo cultural, no sólo la historia vikinga que tienen en común, sino también en cuanto a la amabilidad y honestidad.

En más de una ocasión nos preguntaron si necesitábamos ayuda al vernos con los mapas en las manos, y en algunos campings por ejemplo, después de lavar la ropa hay que ir a pagar a la recepción que se encuentra del otro lado del predio, clara demostración de honestidad quien va y paga.

En fin, llegamos a Gotemburgo, ciudad que durante la preparación del viaje había sugerido Santiago, y ante nuestra sorpresa, nos esperaba con un sol radiante. Se podría decir que fue el primer día completo de sol desde que agarramos el auto.

Gotemburgo, al igual de Copenhague, no tiene algo extremadamente hermoso, pero la conjunción de cosas hace que el caminar por la ciudad, valga la pena.

Luego de caminar unas horas, nos fuimos a buscar un camping donde alojarnos. El más cercano estaba totalmente ocupado, con lo que decidimos no seguir buscando, y dormir en algún estacionamiento alejado de la ciudad, lo cual se adhiere a nuestra política de ahorro.

Sin ganas de cocinar, compramos unos pollos bastante baratos en un supermercado, y lo comimos en una plaza, cosa que no volveremos a hacer jamás, pues la gente pasaba y nos miraba. Es que claro, por estos lares, no se suele ver a cuatro personas comiendo con plato y cubiertos en la falda en el medio de un espacio público.


Ya sin cargas en los celulares, computadoras y cámaras, fuimos a un Mc Donald’s para recargar sus respectivas baterías, conectarnos gratuitamente a internet, y utilizar el baño. Allí pasamos bastante rato aprovechando todo lo que nos brindaba el lugar.

Por la noche, como era Sábado, teníamos que salir a conocer un poco la ciudad y a su gente. Pudimos apreciar el “glamour” de las personas. Pese al frío, usaban ropas de verano, es que claro, estamos en verano, pero nosotros, estábamos abrigados con el polar del Grupo de Viaje, desentonando por completo en el ambiente nocturno de dicha ciudad. Pero nada nos impedía disfrutar y seguir paseando por esas calles con bares y discotecas.

Cansados, Jota y yo nos fuimos a dormir al auto, mientras esperábamos a Santiago y a Pablo. Cuando volvieron, nos fuimos al estacionamiento que habíamos visto durante el día. Allí, armamos campamento y nos aprontamos para dormir y descansar lo que pudiéramos, pues al otro día por la mañana ya partiríamos hacia la capital de Noruega, hacia Oslo.

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