martes, 9 de agosto de 2011

BÉLGICA – BRUSELAS

Antes de contarles la breve estadía en Bruselas, me veo en la obligación de contarles algo más de Mariela. Decirles que se ha integrado muy bien al grupo, llegando a ser, en más de una oportunidad, imprescindible para todos. Hay determinadas acciones por parte de ella que nos molestan un poco, pero nadie es perfecto, y sabemos que con el tiempo, con el paso de los kilómetros, llegaremos a conocerla mejor.

En la capital de este país, teníamos las intenciones de quedarnos una noche, pero el camping no nos convencía, y dormir en la calle tampoco, pues como toda capital, es una ciudad muy grande, y los riesgos son muchos. Por eso, decidimos conocer lo más turístico de la ciudad, y seguir viaje hacia el próximo destino.

Aquí en Europa, el tema del estacionamiento es muy complicado, primero porque hay muchos autos, y segundo porque te cobran en casi todos lados. Y si todavía le sumamos el hecho de que el auto queda en la calle cargado con los bolsos y con las mochilas, todo se transforma en no querer separarse por mucho tiempo del auto.

La cuestión es que fuimos a ver la primera atracción turística, y al llegar no podíamos creer lo que veíamos. Resulta que hay una estatua de no más de cincuenta centímetros que es un nenito haciendo pichí, por lo tanto es una fuente. Cientos de personas posando frente al cerco para sacarse la foto. Obviamente que nosotros también posamos, pero creo que si Ramsés II, o el mismísimo Tutankamon, revivieran, se tirarían al vacío desde la punta de alguna pirámide.
  

Seguimos hacia otra atracción que es la Plaza Grande, donde todos los años, la cubren de flores de colores, quedando una gigantesca alfombra. Lamentablemente esta no es la época en la que hacen lo mencionado, pero los adoquines, no dejan de ser pintorescos.

Las edificaciones que rodean la plaza son magníficas, utilizando el carné de prensa entramos a un museo donde entre otras cosas, se ve una exposición muy particular. Consiste en que cada vez que alguien rompía la estatua del nenito, en vez de tirarla, la vestían y la traían al museo. Es así que se ve a la estatua disfrazada de astronauta, torero, Militar, Rey, hasta de ciego con su perrito. Son muchos los disfraces, lo que da una idea de la cantidad de veces que han tenido que reponer semejante estatua.

De aquí, un poco más alejado del bullicio de la ciudad, nos fuimos al Átomo, construido en el año 1.958. Esto es un edificio con forma de átomo. 
  
 Nos dejó asombrados el gran tamaño. Caminamos por sus alrededores, y una vez culminada la visita a esta ciudad, emprendios viaje rumbo a Ámsterdam, previa parada por Amberes.

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