domingo, 8 de mayo de 2011

MARTA


Marta, la guía de nuestro ómnibus, es una mujer de veintisiete años nacida de forma clandestina en un pueblito al norte de Beijing. Su nombre chino no lo recuerdo, sólo sé que su significado es “bella dama”. El nombre de Marta se lo dio su profesora de español en la Universidad.

Con ella, aprendimos muchísimo de la cultura china. Cada cuento que hacía, nos dejaba boca abierta. Nos explicó tantas cosas que es difícil trasladarlas a estas líneas, pero eran cosas tan atractivas, que haré el intento de contarlas. Es que muchas veces la televisión no muestra desde adentro la cultura de una población que viene evolucionando a pasos agigantados gracias a la globalización, pero siempre con un dejo de tradición milenaria que hacen que las ideas se mezclen en la cabeza.

Entre tantas cosas, nos decía que la generación de ella, es una generación rica. El motivo que nos daba era que los padres al estar obligados a tener sólo un hijo, y con la tradición del ahorro en sus venas, hacen que los la herencia vaya destinada al hijo único. Con lo que el hijo, al ver el capitalismo tan latente, se compre un buen auto, un buen apartamento, y logre casarse con la mujer que quiera.

El tema de los hijos es así: si el primer hijo es hombre, no pueden tener más hijos, ahora, si el primer hijo es mujer, pueden tener otro en cuyo caso sea del sexo que sea, ya no podrán tener más. Muchos lo que hacen es abortar dependiendo del sexo que estén buscando.

Marta, nos decía que era una mala hija, pues por su nacimiento, que fue a escondidas pues ya tenía un hermano varón, el padre perdió su trabajo porque el gobierno lo despidió al enterarse lo que había sucedido. Pero el consuelo que Marta compartía con nosotros es que gracias a ello, el padre se las tuvo que rebuscar para ganarse la vida. Y lo que hacía era comprar mandarinas en el norte, y venderlas en el sur, y así empezó con las mandarinas, siguió con otros productos, y ahora tienen un supermercado. Por eso Marta nos decía que gracias a ella, ahora los padres tienen un buen pasar.

También aprendimos sobre el tema de las parejas. Muchas veces las mujeres se casan sin antes conocer a su futuro marido. Los padres del hombre presentan su currículo vitae a los padres de la mujer, más un sobre rojo con dinero. Si aceptan, pues los hijos se casan, sino, puede haber una contraoferta o esperar a que el príncipe azul llegue algún día con el dinero deseado dentro del famoso sobre rojo.

Marta estaba enamorada, pero al padre no le gustó el candidato y tuvo que dejarlo. También le quisieron “enchufar” a uno, pero ella no quiso, lo que enfadó muchísimo a su padre.

Ahora ella vive sola en Beijing, lejos de su pueblo natal, razón por la cual no puede tener casa propia ni auto propio pues esto solo lo pueden hacer los que viven en Beijing. Pero ella nos comentaba que no pierde las esperanzas de conseguir un novio con mucho dinero, lo que dejaba al descubierto que el amor desinteresado de la juventud china no existe. Siempre hay dinero de por medio.

No se si se acuerdan la entrada que hice cuando visitamos el Templo del Cielo en Beijing, lugar donde se encuentran los jubilados para compartir las tardes entre amigos. La cuestión es que en este lugar también se realizan las ferias de los novios, que consiste en que los padres van a buscar un candidato para sus hijos.

Por ejemplo se puede encontrar un padre con un cartel con ciertos requisitos para buscar esposo a su hija como ser: que sea de Beijing, que tenga auto, apartamento, y que el dinero en el sobre rojo sea tanto. Realmente si Paco Casal se enterara de que existe un mercado de pases matrimonial aquí en China, no dudaría en empezar a negociar fichas y currículo vitae.

Otra cosa que ya no tiene nada que ver con el tema del matrimonio, es lo caótico del tránsito. Por eso, hacen que determinados días circulen autos que terminen con tal número. Así y todo, siempre hay embotellamientos de muchas horas de espera en las autopistas. Los autos nuevos, al no tener matrícula, pueden transitar cualquier día, por eso, dicen que hay personas que cuando no le corresponde salir en su auto, le sacan la matrícula, lo lavan para dejarlo como nuevo, y salen a la calle.

Marta se encuentra a seis meses de ser colega nuestra, pues por sus padres, después de haber estudiado idioma, hizo la carrera de contadora, pese a desear ser maestra preescolar. También le gustaría viajar, pero no puede hacerlo pues necesita un permiso del gobierno que no es nada fácil conseguirlo.

Otra característica de China es la baja delincuencia. Es que existe pena de muerte no sólo para los homicidas o violadores, sino también para los ladrones, dependiendo el monto robado. La ejecución es con un disparo en la cabeza, y la bala la debe pagar el condenado, y sus órganos son donados a los hospitales.

Estas son las cosas que más me llamaron la atención de tantas que aprendimos junto a Marta. Nos sentimos tan agradecidos por todos sus relatos que iban más allá del hecho de explicarnos detalles de los templos, los emperadores y demás, que decidimos hacerle un regalo. Le regalamos una cartera, y un cuadro con el símbolo de la amistad.


Así llegó la última noche, despidiéndonos todos de ella, sabiendo que nunca más volveríamos a verla.

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