SAN FRANCISCO - Día 2

Después del día inolvidable de Yosemite, nos levantamos temprano para dirigirnos al Muelle 23 desde donde sale el barco que te lleva a la Prisión de Alcatraz. Hicimos el check out del hostal pues ya habíamos decidido no quedarnos más en compañía de extraterrestres y cargamos todos los bolsos, o mejor dicho todas las mochilas en la camioneta del primo del Chelo. Después de hacer los paseos del día nos dedicaríamos a buscar un nuevo hostal donde hospedarnos.

El barco para Alcatraz salía 11:35. Como dignos uruguayos que somos, casi lo perdemos. Fuimos los últimos en embarcar. El trayecto es muy lindo, pues ves desde otra perspectiva toda la ciudad. También logramos ver el puente Golden Gate a lo lejos. Hacía un frío importante. Realmente nunca pensamos que iba a estar tan frío aquí en San Francisco, pero con la campera polar y la de lluvia del uniforme del Grupo de Viaje lo soportamos muy bien.

El tour por Alcatráz está muy lindo, caminar por donde estuvo preso Al Capone es algo raro de explicar. Te dan unos auriculares en el idioma que elijas y te va guiando por la cárcel. Es una grabación, por lo que podés poner stop y detenerte en un lugar que te haya llamado más la atención. De todas formas no deja de ser una cárcel, por lo que concluyo que es muy bueno el marketing que realizan para promocionar la isla (un millón de personas la visitan por año) dado que lo más atractivo que tiene son sus vistas de la ciudad. Luego del tour guiado por unos auriculares (muy bien hecho por cierto), almorzamos unos sandwiches que nos habíamos preparado y luego regresamos a tierra firme para dirigirnos al Golden Gate.

Como estabamos en la camioneta del primo del Chelo aprovechamos y cruzamos el puente para dirigirnos a dos puntos desde donde hay unas vistas hermosísimas del puente. La piel de gallina me duró todo el tiempo que demoramos en cruzar el famoso Golden Gate. No podía creer estar cruzando ese puente rojo que desde chico uno ve en películas. Una emoción enorme sentía al estar en este lugar del mundo. Uno de mis grandes objetivos de este destino era precisamente este puente, y el verlo tan de cerca me causaba una emoción increíble. 

Luego del Golden Gate, fuimos en busca de hostales. Tras unos minutos encontramos uno muy lindo. Trabajan muchos latinoamericanos como argentinos y peruanos. Es muy limpio, tiene para jugar al pool y al futbolito; desayuno con panqueques americanos y lo más importante: estamos los cuatro juntos en el cuarto. Lo que nos permite salir a caminar por la calle más tranquilos porque dejamos la netbook y la plata en el cuarto.