En la publicación anterior, obvié comentarles que yendo al aeropuerto por la autopista, nos topamos con un embotellamiento causado por un terrible accidente, lo que no sólo causó el cierre de todos los carriles de dicha autopista, sino también varios muertos los cuales llegamos a ver envueltos en nylon.
El tema era que podíamos perder el vuelo y yo me empecé a sentir mal, me empecé a poner pálido por los nervios. Pero mi primo, en vez de esperar como todo el mundo, empezó a avanzar por la vanquina, logrando sortear kilómetros de embotellamiento para poder tomar a tiempo el vuelo.
Tras seis horas de vuelo, llegamos a San Francisco - California. Esta vez logramos viajar más cómodos porque el avión venía medio vacío y pudimos dormir a lo largo de tres asientos. En este vuelo no estaba incluído la comida, por lo que solo engañábamos al estómago con café y refrescos que tomábamos lo que quisiéramos.
En San Francisco nos esperaba Gabriel (el primo del Chelo) y su novia Natalia. Ambos ingenieros civíles uruguayos que trabajan en una empresa uruguaya en Tijuana - Mexico. Hicieron 15 horas de viaje para poder ver al Chelo.
En las próximas publicaciones describiré sensaciones y vivencias de esta ciudad maravillosa.
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