Cuando llegamos apenas pasado el mediodía a la capital sueca, nos fuimos a instalar a un hostal. Después de dieciséis noches de dormir en el auto o en las carpas con los colchones inflables. Qué placer! Qué comodidad!
En realidad también quisimos ir a un hostal, pues era Sábado y por la noche queríamos salir a divertirnos, y para no tener problemas de dónde dejar el auto, o manejar alcoholizados, o si alguno se quería volver antes, era más fácil manejarnos en transporte público, y tener un lugar fijo donde dormir.
Era tanto el cansancio acumulado, y tanto la comodidad de estar en un lugar cerrado instalados, que nos quedamos toda la tarde encerrados conectados a internet, actualizándonos del mundo.
Por la noche salimos y nos divertimos muchísimo. Es verdad que en Bergen junto a Rihanna la pasamos mucho mejor, pero de todas formas disfrutamos de la noche del Sábado en Estocolmo.
Al otro día obviamente que nos quedamos aprovechando del cómodo colchón hasta casi el mediodía. Me levanté, los chiquilines seguían durmiendo, y salí en busca de un supermercado cercano al hostal para comprar algo para desayunar. Después de unos cuantos minutos caminando, encontré uno, compré las cosas, volví al hostal, y desperté a los chiquilines para decirles que ya tenían el desayuno.
Por la tarde nos fuimos a recorrer la ciudad, principalmente la ciudad vieja. Ésta se encuentra en una de las catorce islas que componen Estocolmo. Como todas las ciudades viejas, ésta era muy pintoresca. Calles empedradas, casas antiguas, muchos restaurantes, mucha gente, todo muy lindo.
Después de pasar toda la tarde paseando por esta isla, nos fuimos a un camping para pasar la segunda noche en Estocolmo, pero antes de esto, pasamos por la agencia del ferry que nos llevaría hasta Helsinki. En el camping nos encontramos con muchos compañeros del Grupo, pues los que van a Rusia, en su gran mayoría, Suecia junto con Finlandia, son sus destinos previos.
Al otro día, fuimos a un gran parque de la ciudad. Es muy llamativo, pues en él no sólo tiene animales típicos escandinavos, sino que también hay casas típicas, donde hay mujeres haciendo manualidades como tejidos, todo utilizando herramientas de época, ni que hablar que están vestidas con esas ropas que sólo se ven en vestuarios cinematográficos. Una gran incógnita era si vivían en esas casas que tuvimos el privilegio de conocer, pues allí había camas, cocinas, estufas, y todo lo que una casa puede tener para que sea habitada.
No nos aguantamos la intriga, y al preguntarle a una de esas mujeres, nos contestó que vivía en la ciudad, y que eso era su trabajo. Ahí perdió todo el encanto, nos hubiese mentido y nos íbamos chochos de la vida, pero no fue así, y nos quedamos con ese gusto amargo de que todo era actuado.
En cuanto a los animales, fue disfrutable pues vimos alces, osos, lobos, y vimos también cómo los alimentaban. Pero debo sincerarme con ustedes, y les tengo que decir que he visto pocas reservas de animales tan hermosas como la reserva de flora y fauna Dr. Rodolfo Talice que existe en Santísima Trinidad de los Porongos (Capital del departamento de Flores).
Previo a ir al puerto para embarcarnos rumbo a Finlandia, pasamos por un supermercado para comprar cosas para cenar y desayunar al otro día, pues el ferry demoraría unas quince horas en llegar a su destino.
Estocolmo me pareció una ciudad muy linda, obviamente nos quedamos sin conocer bastantes cosas, pero me voy con la sensación de que a pesar de ser capital, no pierde ese encanto que tienen las ciudades del interior.
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