Fue difícil la decisión de dónde dormir, lo íbamos a hacer el Bruselas, pero habíamos decidido seguir haciendo carretera y dormir en algún punto P, éstos son estacionamientos en la ruta, pensados básicamente para los camioneros, en algunos hay hasta duchas y todo. Obviamente está prohibido acampar, aunque algunos lo han hecho.
El tema es que no había ningún punto P en el trayecto, por lo que fuimos hasta un camping que conocía Mariela, pero al llegar, la recepción estaba cerrada. Por lo que la segunda noche en Bélgica, la pasaríamos nuevamente en la calle.
Atracamos el auto en un estacionamiento de similares características al de Brujas y acampamos allí. Como estábamos a menos de una cuadra del camping, utilizamos sus instalaciones para bañarnos y demás.
Cocinamos por primera vez utilizando la pequeña hornalla. Como aún no teníamos mesa ni sillas, Cocinamos en el piso unos fideos con salsa de tomate y queso rayado. Una vez cenados, aprontamos las carpas, y nuevamente Santiago y Jota en ellas, y Pablo y yo, en el auto.
Al otro día, temprano, fuimos a recorrer un rato la hermosa ciudad de Amberes. Muy parecida a Brujas, seguíamos maravillándonos de estos lugares. Sus plazas, sus catedrales, sus calles. Aquí se encuentra la catedral de estilo gótico más grande de Bélgica. Impresionante.
De aquí partiríamos rumbo a la capital holandesa, hacia Ámsterdam, la ciudad del libre albedrío.
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