sábado, 14 de mayo de 2011

VIETNAM – Día 2 – Ho Chi Minh City

En el segundo día en esta ciudad también denominada Saigon, fuimos a uno de los lugares más emblemáticos y simbólicos, donde se gestó la victoria de una de las guerras más crueles. Los vietnamitas, vienen en guerra desde hace muchísimos años, primero fueron con los chinos, luego con los franceses, y por último los norteamericanos, o como los llaman aquí, los "yankies". Contra éstos últimos estuvieron en conflicto hasta hace tan sólo cuarenta años atrás. Esto hace que al caminar por éstas calles donde hace poco tiempo llovían bombas y muerte, se sienta una sensación muy especial.

Este lugar al que hago referencia, es Cu Chi. Aquí, están los túneles que hicieron los vietcong para ofrecer resistencia durante la guerra, y con ésta estrategia, pudieron sortear al enemigo. Mientras arriba en la superficie todo ardía como en el infierno. Abajo, se encontraban los túneles donde se dormía, cocinaba, se estudiaba, y se transportaban de una ciudad a otra. Es que son mas de doscientos kilómetros de túneles.


Un general norteamericano dijo una vez: "los vietcong están en todos lados, pero no se ven". Es que se camuflaban y protegían bajo tierra. Con escasas armas, y muchas trampas rudimentarias, hicieron frente a las bombas químicas norteamericanas.

Nos metimos en los túneles, y creanmé que son muy chicos, no se entra parado. También hay entradas muy estrechas. La razón es que los vietnamitas son de cuerpo pequeño, y los norteamericanos son muy grandes, lo que hacia que no entraran a los túneles. Pero si lograban hacerlo, también había partes donde para pasar, debían arrastrarse, y aquí tampoco cabían los yankies.


Mientras caminábamos por esta zona selvática, nos íbamos topando con cráteres enormes creadas por bombas tiradas desde el cielo. También escuchábamos disparos de metralleta, pues por allí, había un lugar donde comprás balas de distintos calibres, y las disparás utilizando el arma correspondiente. Fue allí cuando le dijimos a la guia que parecíamos estar en la guerra, y nos contesto, "chicos cuando vayamos al museo de guerra, verán la diferencia". Con esta incertidumbre, seguimos el paseo.

Después de almorzar en el centro de la ciudad, nos dirigimos a este museo. Ya en la entrada se ven enormes helicópteros, aviones, tanques de guerra. Imaginensé al rededor de cien personas juntas. Entramos al lugar haciendo un bullicio acorde no solo a la cantidad de personas, sino tambien a la característica de ruidosos de los uruguayos.

Empezamos a ver las fotos que capturaron cada momento, cada sensación, cada dolor del conflicto, y el bullicio comenzó a transformarse en un silencio funerario, y las sonrisas se fueron desdibujando de cada rostro. Hasta algunos ojos brillosos de compañeras que mordiéndose el labio inferior no podían creer lo que estaban viendo. Obviamente que estábamos observando las cosas de un solo lado, facilitando la subjetividad de la opinión fundada, pero ante tanta crueldad, no hay objetividad que valga.


Como ya les dije una vez, a mi no me agradan los museos, pues mi ansiedad hace que no esté más de un minuto frente a alguna obra de arte o demás. Pero en este museo, sentí la energía de tanto dolor y sufrimiento, e hizo aplacar tanta ansiedad, y valorar cada foto, transportándome en el tiempo e intentando ponerme en el lugar del fotógrafo. Cómo poder sobrellevar una vida después de vivir tal experiencia. O peor aún, cómo hacer para que cada niño vietnamita no nazca con tanto odio en sus venas.


Realmente es increíble como se llegó a tanta tragedia, y aún siguen habiendo consecuencias horribles por las toneladas de químicos arrojados en estas tierras. Malformaciones, enfermedades mortales, entre otras.


Y así, fue terminando este segundo día en Vietnam, entendiendo a la guia cuando nos dijo que "escuchar disparos no tiene nada que ver con sentirse como en la guerra".

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