El primer día en esta ciudad que promete hermosura y no defrauda, salimos a caminar. Empezamos a utilizar después de meses, abrigos para combatir el fresco clima londinense, aunque nos llamaba la atención que no estaba nublado como siempre te dicen que se encuentra el cielo de esta localidad.
Mientras Santiago acompañaba a Pablo al hospital pues andaba con llagas, Jota y yo fuimos hasta una plaza donde empieza un tour turístico gratuito y a pie. En realidad fuimos a ver el lugar donde empezaba, pues la idea era esperar a los chiquilines para el tour de la una de la tarde en vez del de las once de la mañana.
Por eso, una vez confirmado el lugar de encuentro, con Jota fuimos hasta el Buckingham Palace para ver el tan famoso cambio de guardia. El sólo hecho de caminar por las calles londinenses, ya es un placer para la vista. Al llegar al palacio, eran cientos las personas que esperaban ver a estos soldados típicos vestidos de rojo con el sombrero negro. Parecen de juguete, todos moviéndose como si fuesen uno, con una coordinación que ni las gimnastas olímpicas pueden lograr.
Seguimos caminando, y pasamos por lugares que luego con el tour gratuito volvimos a visitar, por eso no me explayaré demasiado ahora. Salvo, que fuimos a la Galería Nacional. Este es un museo de cuadros de pintores famosos, como por ejemplo Vincent Van Gogh. Vimos sus obras más famosas como Los Girasoles, El campo de trigo con cipreses, y La Silla. Todas pinturas del año 1889.
Obviamente no soy crítico ni especialista de arte, pero les puedo asegurar, que yendo a esta sala, vi cuadros que parecían fotos; y al ver a un Van Gogh, uno se pregunta ¿por qué?, ¿por qué Van Gogh es tan famoso con estas pinturas, y los otros cuyos nombres ya ni recuerdo, no son tan reconocidos? Tal vez alguien tenga la respuesta, y pueda disculpar mi ignorancia.
De regreso al lugar de encuentro, sólo Santiago estaba allí, pues a Pablo le habían recomendado dos días de reposo absoluto. Por lo tanto los tres emprendimos el tour gratuito por esta zona de Londres.
Fuimos hasta el Buckingham Palace, y mientras caminábamos, la guía española nos iba contando y explicando sobre las cosas que veíamos. Como por ejemplo, que todas las calles que desembocan en el Palacio, son de color rojo, pues por allí circula la realeza. También que la seguridad del Palacio fue violada en más de una oportunidad, con la fortuna de nunca haber sido con malas intensiones.
Por ejemplo, la más increíble de todas fue en 1989, cuando una noche un borracho saltó el muro, abrió una ventana, y al sonar la alarma, el guardia pensó que era una falsa alarma, por lo que la apagó. El borracho se tomó una botella de vino que encontró por allí, se fumó un cigarro, y al apagarlo, rompió el cenicero. Al querer recogerlo, se corta la mano, y con la mano ensangrentada, y el pedazo de cristal en la otra, sigue caminando por el Palacio hasta que entra a un cuarto. Este cuarto era justo el de la reina! Por la mañana, al despertarse, se encuentra con un hombre ensangrentado y "armado". Toca el botón de la alarma, pero el guardia la había apagado, con lo que empiezan a conversar. El hombre sin inmutarse de que lo estaba haciendo con la reina. Al pedirle un cigarro, la reina le dice que llamará por teléfono para que le traigan uno. Pide un cigarro, y del otro lado le preguntan si había empezado a fumar, pues no fumaba, con lo que la reina le dice que ella no, pero que el hombre que hace diez minutos está en su cuarto sí lo hace. Se imaginarán la cantidad de guardias que corrieron en su auxilio. Por esta y muchas razones, ahora el Palacio posee rejas por encima de sus muros.
Seguimos caminando y llegamos hasta la Plaza Trafalgar donde se encuentra la Galería Nacional que ya había visitado con Jota. Esta plaza es la más importante de Londres. Por una calle que desemboca en ella se ve a lo lejos el Big Ben.
Una peculiaridad de las principales calles de Londres es que en sus columnas, cuelgan enormes macetas con hermosísimas flores, haciendo el paisaje muy pintoresco.
Seguíamos caminando y escuchando a la guía, que hacía que la larga caminata, aproximadamente tres horas, se haga más amena. Entre otros lugares, como un hermoso parque y un lugar donde están confeccionando el estadio de boley playa de los próximos Juegos Olímpicos, fuimos también a sacarnos la foto que todos esperan ver y disfrutar. Obviamente que esta foto es con el Big Ben.
Por último fuimos hasta la iglesia donde se casó recientemente el príncipe Guillermo. Una iglesia sencilla.
Al terminar el tour, uno debe darle alguna propina a la guía. Mientras el resto del grupo, le daba billetes, nosotros le dimos, con mucha vergüenza, una libra cada uno. De aquí nos fuimos a almorzar, a una especie de taberna, un típico bar londinense donde comimos un plato característico de la ciudad: "Fish and Chips", que no deja ser más que una especie de milanesa de pescado con fritas y puré de arvejas. Exquisito!
Volvimos caminando al hostal, y nos aprontamos para conocer la noche del sábado en Londres. Fuimos a la zona de Soho, un barrio muy lindo, con un barcito al lado del otro, cada uno con muchísima gente. Aquí hicimos un tour nocturno que habíamos contratado en la tarde, aunque este no era gratuito, pero era la única oportunidad de conocer más de un pub y terminar bailando en una discoteca.ncluído.
A pesar del cansancio acumulado de tanto caminar durante el día, nos divertímos muchísimo conociendo la noche londinense.
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