Antes de empezar esta publicación, debo hacer mención a mi compañero de cuarto, con quien compartiré los hoteles hasta Hong Kong inclusive. Su nombre es Miguel, es contador, casado con dos liadísimas hijas, y viaja con el grupo hasta el último día de Vietnam. Miguel es del Grupo de Viaje del 2009, pero por distintas razones no pudo viajar ese año, y tampoco en el 2010, por eso viaja este año para no perder la última oportunidad de hacerlo. Como los integrantes de grupos anteriores no tienen la obligación de trabajar en comisiones, ni de asistir a todas las asambleas, no tenía el placer de conocerlo.
Tras dormir plácidamente en el lujoso cuarto del hotel, bajamos con Miguel a desayunar. El desayuno era buenísimo, frutas, cereales, tostadas, café, jugos, entre otras cosas como panceta, tallarines, y arroz, que hasta en el desayuno te lo encajan.
A las ocho de la mañana ya estábamos los cincuenta y seis compañeros repartidos en dos ómnibus rumbo a la Ciudad Prohibida, lugar donde ya había ido el día anterior de manera libre, pero ahora lo haría con el Grupo de Viaje contando con una guía llamada Marta. Esta guía se merece una publicación aparte; tiene una historia de vida tan rica, que se podría escribir un libro sobre ella.
Llegamos a la plaza de Tian An Men, pero ahora, servía la presencia de Marta para aprender un poco de la historia de dicho lugar. Allí aprovechamos para sacarnos una foto del grupo entero, claro que yo no aparezco en la foto, pues la saqué yo.
Recorrimos la Ciudad Prohibida, y esta vez la hice sacando menos fotos, y prestando atención a las cosas que decía Marta. A cada momento trataba de comparar qué era mejor, si visitar estos lugares de manera libre, o con el grupo. Obviamente las dos opciones tienen sus pro y sus contra. Por ejemplo de manera libre, tenés más tiempo para estar en el lugar, mientras que con el grupo, vas más rápido, porque hacemos más paseos en un día con lo que con el grupo conocemos más lugares.
Un detalle no tan pequeño, es que era Sábado, y comenzaba el fin de semana, pero no era cualquier fin de semana, es que justamente el Domingo sería primero de Mayo lo que produjo que la concurrencia de personas en comparación al día anterior, se aumentara más que exponencialmente.
Después de esta visita, fuimos a conocer algo característico de Beijing como lo son las perlas. Marchamos a un lugar donde hacen joyas y cremas con las perlas de las ostras. Nos enseñaron un poco sobre las distintas variedades, y nos abrieron un ostra delante de todos. Como yo adiviné la cantidad de perlas que tendría, me regalaron una de las siete perlas.
Una vez hecha dicha introducción, llegaba la venta de los productos. Aquí fue donde algunos compañeros aprovecharon los precios para comprar regalos, otros, desconfiando de haber sido llevados allí con el único fin de vendernos joyas, salimos del local como queriendo apurar al resto. De todas formas fue grata la ida a este lugar ya que aprendimos sobre este producto, además de hacerme de una perla gratis.
Después nos fuimos al hotel, en donde en la sala de convenciones, tendríamos nuestra primer actividad académica sobre “Políticas y prácticas chinas para reducir la pobreza”. Estábamos muy ansiosos por la conferencia privada en la que aprenderíamos cómo ha hecho China para reducir su pobreza de manera considerable.
Lamentablemente, no fue tan satisfactoria, puesto que la mujer que daba la charla, no hablaba un inglés acorde a las circunstancias, haciéndose por momentos, muy tedioso el entender lo que nos quería exponer. Más aún cuando al no poder leer las diapositivas en inglés, las puso en chino, con lo que dificultó más aún el entendimiento, porque ahora ni siquiera leyendo podíamos obtener una idea de lo que quería explicarnos.
Después de culminada la conferencia, nos quedamos debatiendo entre nosotros temas sociales de China comparándolos con los de Uruguay. Fue más rico este debate, que la propia conferencia. Claro está, que nos enteramos de cosas muy buenas que realiza el gobierno chino, como por ejemplo asignarle a cada provincia rica del este, una o más provincias pobres del oeste para ayudar no sólo con dinero, sino con la inversión para brindar nuevos puestos de trabajo.
Por la noche, fuimos a un teatro para ver un show de acrobacia china. Es increíble lo que es capaz de hacer el cuerpo de una persona. Fue una hora y media en la cual disfrutamos de cada segundo. Al culminar el teatro, nos fuimos a comer una cena buffet espectacular, logrando comer bastante como para empezar a recuperar los kilos perdidos en estos dos meses de viaje.
BUENASO JUANCHI!!! TE SIGO SIGO SIEMPRE!! TE QUIERO BESOTES
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